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Fotografía principal: fachada principal de la Parroquia de San Felipe y Santiago el Menor en la Plaza de San Felipe con la calle Gil Berges (fotografía de David Beneded). Fotografías secundarias: fachada y torre de la Iglesia Parroquial (fotografía de David Beneded); crismón en el dintel de la puerta principal (fotografía de Alfonso García de Paso); imagen de Santa Elena, obra de Pedro Franco, que corona la portada del templo (fotografía de David Beneded).

La Iglesia Parroquial de San Felipe y Santiago el Menor es uno de los notables conjuntos barrocos que todavía se conservan en la ciudad, siendo uno de sus referentes artísticos la fachada principal ubicada en la calle Gil Berges. Una portada exponente del barroco zaragozano, concebida a modo de retablo de un solo cuerpo al que le queda agregado un bello remate superior.

La portada presenta una composición llena de plasticidad y movimiento, que parece anticiparnos el rico baldaquino interior. Flanqueando la entrada se encuentran unas inverosímiles columnas salomónicas de piedra negra de Calatorao, con capitel compuesto y bello fuste retorcido realizadas originalmente por el cantero Francisco de Urbieta aunque, durante la Guerra de la Independencia fue destruida una de ellas, siendo años después sustituida por otra labrada por el Maestro Aramburu, cantero del Pilar.

El acceso se separa del remate por un entablamento curvo; mientras que este, donde el remate o ático se configura como tres pequeños templetes obra del escultor aragonés Pedro Franco Miranda en yeso y piedra caliza, como consta en el libro de fábrica de la nueva iglesia, en donde se refleja que entre el 18 de mayo de 1690 y el 20 de marzo de 1692, se le pagaron 115 libras por lo trabajo en las estatuas de la Portada.

En los laterales, se sitúan las esculturas exentas de los santos titulares, San Felipe y Santiago el Menor, colocándose entre ambos un relieve, flanqueado por el mismo esquema de columnas salomónicas del cuerpo de acceso, con el Milagro Eucarístico, inspirado en el que años antes había realizado el padre del autor  para Parroquia de San Gil Abad, con dos ángeles mancebos que sostienen una custodia, emblema de la Cofradía de la Minerva. Finalmente, coronando el conjunto se halla  la imagen de Santa Elena portando, en su mano izquierda, la Vera-Cruz que según la tradición halló en Jerusalén en el año 326. No es ni mucho menos casual la presencia de la madre de Constantino I el Grande puesto que existe una leyenda que indica que, en este mismo solar, hubo un templo construido entre el año 314 y 336 [1]  en el que se pudiera haber custodiado el llamado “lábaro de Constantino”, el símbolo, reproducido en estandartes e insignias, que vio el emperador romano resplandecer en el cielo por medio del cual se convirtió al cristianismo y en el que se basa el crismón.

Por esto mismo, el crismón situado sobre el dintel y que ejecutó también Urbieta cobra mayor interés. Clasificado por Matarredona-Olañeta [2] como de tipo “trinitario-navarro”, consta de una roseta central que se enlaza a los seis brazos, teniendo la P una larga tilde horizontal de cruz en el interior de su vano y enroscándose en el brazo vertical inferior la S que, a su vez, está rematada en sus extremos por sendas hojas de lis. En cada espacio libre del círculo (seis en total), se posa una roseta de margarita quedando en los ángulos de la dovela, la luna y el sol en los superiores y estrellas de seis puntas en los inferiores.

Toda la portada fue restaurada integralmente entre los años 1996 y 1997 por Restauro Egea, reconstruyendo las cornisas de piedra y restaurando todo el conjunto escultórico y columnario.

La fachada exterior no es tan vistosa como la portada, estando realizada en macizo ladrillo caravista. Prolongando los dos extremos aparece el espacio para las dos torres, separadas por un frontis acometido en la remodelación de la portada de 1774 por los arquitectos José Asensio, Joaquín Insausti, Agustín Gracián y Joaquín Gracián.

La torre de la derecha (única torre completa) tiene dos cuerpos, el primero cuadrangular, o cuerpo de campanas, de ángulos achaflanados; el cuerpo superior es octogonal, con potentes ménsulas decorativas y rematada en el chapitel por las campanas del reloj (horas y cuartos) fundidas por el riojano Benito Perea y por la cruz-veleta procedente de la Torre Nueva. El campanario es singular entre las otras torres de las Iglesias zaragozanas, puesto que dispone, unidas por un barrote de madera (en lugar del habitual metálico), de cinco campanas con yugo de madera, dos de ellas muy pequeñas, casi cimbales y dos más grandes fundidas en 1714 y 1768 respectivamente, con una tercera en medio que es una típica campana de reloj, sin asas y con agujero central. [3]

La torre de la izquierda aparece desmochada frente a la gallarda mole de la que iba a ser su gemela. Se desconoce el motivo por el que nunca se llegó a construir esta segunda torre, aunque recientemente se ha conocido que ni siquiera se llegó a realizar una cimentación suficiente para sustentarla, bien por un problema económico o tal vez debido a las dificultades técnicas ocasionadas por la notable laguna urbana que durante la Edad Media hubo en la Plaza y que, incluso, podría haber albergado un depósito regulador de agua procedente del río Huerva [4].

Notas de Referencia:

[1] “Guía de Zaragoza, ó sea, breve noticia de las antigüedades, establecimientos públicos, oficinas y edificios que contiene” (Impr. y lib. de Vicente Andrés, editor. 1860).

[2] Matarredona Sala, Francisco  y Olañeta Abadia, Juan Antonio: “Catálogo de Crismones” (www.claustro.com).

[3] Abadía Doñaque, José Carlos: “Algunos comentarios sobre el abastecimiento de agua a Caesaraugusta” (Cuadernos de Aragón nº 23, Institución “Fernando el Católico”, Zaragoza, 1995).

[4] LLop i Bayó, Francesc: ”Las campanas en Aragón: un medio de comunicación tradicional” (Diputación General de Aragón, 1998).  

Licencia Creative Commons El texto "La fachada y el exterior del templo" creado por David Beneded Blázquez para www.jesusdelahumillacion.org, se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 3.0 España. Zaragoza, 2007-2016.

Fotografía principal: fachada principal de la Parroquia de San Felipe y Santiago el Menor en la Plaza de San Felipe con la calle Gil Berges (fotografía de David Beneded). Fotografías secundarias: fachada y torre de la Iglesia Parroquial (fotografía de David Beneded); crismón en el dintel de la puerta principal (fotografía de Alfonso García de Paso); imagen de Santa Elena, obra de Pedro Franco, que corona la portada del templo (fotografía de David Beneded).